
26/06/2025
Circularidad como política de futuro: ¿por qué necesitamos ir más allá del reciclaje?
Por Giancarlo Montagnani, de Dow*
La economía circular ha ganado espacio en el debate público, pero aún suele reducirse al reciclaje. Aunque la gestión de residuos es una parte importante de la ecuación, representa solo la superficie de un modelo económico que propone una transformación profunda en la forma en que producimos, consumimos y nos relacionamos con los recursos naturales.
La lógica lineal —extraer, producir, descartar— está agotada. Sus impactos son visibles en el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y las desigualdades sociales. La circularidad, en cambio, nos invita a rediseñar sistemas enteros: desde el diseño de productos hasta los modelos de negocio, pasando por políticas públicas que incentiven la reducción de impactos, la regeneración y no solo la mitigación de posibles externalidades.
Para que la economía circular deje de ser la excepción y se convierta en la regla, es fundamental que los gobiernos asuman un papel más activo. Incentivos fiscales para empresas que adopten prácticas circulares y nuevas tecnologías, marcos regulatorios que fomenten la logística inversa e inversiones en infraestructura para la reutilización y revalorización de materiales son solo algunos ejemplos de cómo el poder público puede acelerar esta transición.
La circularidad también es cultura y educación. Necesitamos formar ciudadanos críticos, capaces de cuestionar el modelo de consumo vigente y tomar decisiones más conscientes. Esto pasa por incluir el tema en las escuelas, pero también por campañas de comunicación que traduzcan conceptos técnicos en acciones prácticas en el día a día.
Innovación con propósito
La innovación tecnológica es una aliada poderosa, pero solo tiene sentido si está al servicio de un propósito mayor. Plataformas de economía colaborativa, materiales diseñados desde su concepción para la circularidad, inteligencia artificial aplicada a la eficiencia energética pueden contribuir a un futuro más circular.
En Dow, la innovación no es solo una meta, es un compromiso con el futuro. La empresa ha demostrado que es posible alinear el desempeño técnico, la viabilidad económica y el impacto ambiental positivo mediante soluciones que integran ciencia de materiales, colaboración y circularidad.
Un ejemplo emblemático es el desarrollo de la tecnología REVOLOOP™, que permite la incorporación de contenido reciclado posconsumo en envases plásticos de diversas aplicaciones como películas protectoras, envases para sectores como higiene personal y del hogar, cosméticos, cables, entre muchos otros.
Además, Dow tiene metas ambiciosas: hasta 2030, pretende transformar residuos plásticos y otras materias primas alternativas en 3 millones de toneladas métricas de soluciones circulares y renovables por año. Y para 2035, busca garantizar que el 100 % de sus envases sean reutilizables o reciclables.
También apuesta por el diseño colaborativo, como en el caso del empaque O1NE para café, desarrollado en alianza con Valgroup y Catarina Café e Amor. Se trata del primer envase monomaterial para café diseñado para el reciclaje en Brasil, un hito que solo fue posible gracias a la articulación entre distintos sectores y al liderazgo del Movimiento Circular en la construcción de narrativas y estrategias de compromiso.
Este enfoque integrado que une ciencia, colaboración y comunicación muestra que la innovación solo es verdaderamente transformadora cuando nace de un propósito claro: repensar, circular e inspirar. Y es justamente este tipo de innovación el que puede acelerar la transición hacia una economía circular real.
Una invitación a la acción
Ser reconocido como Líder de la Circularidad es, para mí, un llamado a la responsabilidad. Es hora de ampliar el debate, involucrar más voces y transformar buenas ideas en políticas públicas, prácticas empresariales y hábitos cotidianos. La circularidad no es solo una alternativa: es una necesidad urgente y una oportunidad extraordinaria para rediseñar el futuro.
Ampliar el debate significa incluir más voces: desde comunidades locales hasta grandes corporaciones, desde educadores hasta formuladores de políticas públicas. También implica transformar buenas ideas en acciones concretas: políticas públicas que incentiven la circularidad, prácticas empresariales que prioricen el diseño circular con opciones monomateriales en los envases, y hábitos cotidianos que reflejen decisiones más conscientes.
La circularidad no es un destino fijo, sino un camino en constante construcción. Y cada paso cuenta. Al compartir experiencias, inspirar cambios y construir puentes entre innovación e impacto, reforzamos la idea de que todos —individuos, empresas, gobiernos— tienen un papel esencial en esta transición.
Esta es una invitación a actuar. A liderar con propósito. A comunicar con intención. A construir, juntos, un futuro donde circularidad sea sinónimo de valor compartido.
[ARTÍCULO ESPECIAL CON UN LÍDER DE LA CIRCULARIDAD]
Giancarlo Fanucchi Montagnani* es biólogo con especialización en sostenibilidad y relaciones gubernamentales. Desde 2011 trabajó en asociaciones sectoriales de bienes de consumo liderando áreas regulatorias y proyectos de logística inversa de envases. Ingresó a Dow hace 7 años, actuando en el área regulatoria de productos, con especialización en normativas de la Anvisa y en la Ley de Acceso al Patrimonio Genético y Reparto de Beneficios. En 2022, se incorporó al equipo de sostenibilidad del negocio de Empaques y Plásticos Especializados, siendo responsable por la estrategia de circularidad de plásticos en Brasil. Actualmente, es responsable de la estrategia del Ecosistema de Materiales en el país y actúa como vínculo entre el negocio y el equipo de Relaciones Gubernamentales de Dow para temas de influencia en América Latina.
*Este texto fue traducido automáticamente con la ayuda de inteligencia artificial y revisado. Aun así, pueden presentarse pequeñas diferencias con respecto a la versión original en portugués.