La fiesta de Carnaval deja 3.500 mil toneladas de basura en las calles de cinco capitales

Tras dos años de incertidumbre y reclusión, el Carnaval vuelven a relucir en todo Brasil. Son cuatro (en algunas ciudades cinco o más) días de mucha música, baile y alegría. La fiesta es superlativa de principio a fin. Después de que la gente fiestera carnavalesca sale de las calles, un gran ejército de personas y máquinas entran en escena para limpiar la ciudad. En 2020, al final de la celebración se terminó con 3.500 toneladas de basura recolectadas en cinco capitales brasileñas.

Muy poco de esos residuos generados en Salvador, Belo Horizonte, São Paulo, Recife y Río de Janeiro tuvieron como destino el reciclaje. La mayor parte se dirigió a vertederos o fue depositada en la naturaleza. Los datos del Diagnóstico de Manejo de Residuos Sólidos Urbanos de Brasil indican que solo el 4% de los residuos sólidos se reciclan en el país. Para cambiar ese escenario, es necesario poner en práctica el siguiente mantra: repensar, reducir y reciclar. Tirar la basura en el bote de basura también contribuye mucho.

La práctica de las tres "erres", asociadas a la economía circular, es el principal aliado del Carnaval sostenible, explica el coordinador educativo del Movimiento Circular, Edson Grandisoli. “Repensar el consumo y comprar lo que realmente tiene sentido para la diversión. Reducir el consumo de utensilios de un solo uso, como los vasos de plástico. Reciclar, eliminando correctamente los residuos. Las tres erres hacen que los festejos sean más bonitos”, afirma.

La misión es de todos. Grandisoli señala que los organizadores de eventos, ya sean públicos o privados, deben garantizar una estructura adecuada para la recolección y la correcta eliminación de los residuos producidos. Las escuelas de samba deben utilizar materiales en cantidad y calidad que puedan, en su totalidad, reutilizarse o reciclarse una vez finalizadas las fiestas. “Es decir, adoptar una política de cero residuos, como ya están haciendo algunas asociaciones carnavalescas”, comenta.

Corresponde a los corsos o desfiles de calles no tirar basura en su presentación, preferir utensilios reutilizables y evitar disfraces que puedan ocasionar daños al medio ambiente. La mayor parte de los residuos generados en las fiestas de Carnaval son de plástico, vidrio y papel. “Si no se recolectan de forma selectiva, estos materiales tienden a ir a parar a los vertederos sanitarios e incluso se acumulan en las calles y además pueden crear o potenciar inundaciones”, recuerda Grandisoli.

Es posible repensar toda la fiesta, incluso sustituir la purpurina, el brillo y las lentejuelas por materiales ecológicamente correctos. Hasta el papel picado puede sustituirse por hojas secas, más amigables con el medio ambiente.

"Todo material eliminado de forma incorrecta crea problemas al medio ambiente, contaminando el agua, el suelo, la atmósfera y las diferentes formas de vida. Lo ideal, desde una perspectiva de la economía circular, es que ese residuo no sea generado, por lo que la reducción del consumo es clave en esta propuesta", explica Grandisoli. El objetivo de la fiesta del Carnaval del futuro y de la economía circular, es no generar ningún residuo.

Llegar a ese punto requiere una atención inmediata y medidas de emergencia. “El principal consejo que se puede poner en marcha en este proyecto desde ahora es que cada uno se haga responsable de sus residuos. Vasos, disfraces, colillas, accesorios de plástico, prácticamente todo puede tener un destino más noble que los vertederos o rellenos sanitarios. Este es el gran reto”, afirma Grandisoli.

Foto: Archivo/Alice Mafra/Ayuntamiento de Olinda

¿Qué es la economía circular?

La Economía Circular propone una nueva mirada a nuestra forma de producir, consumir y desechar, para optimizar los recursos del planeta y generar cada vez menos residuos. En otras palabras, un modelo alternativo a la Economía Lineal - extraer, producir, usar y desechar - que se ha mostrado cada vez más insostenible a lo largo de la historia. En la Economía Circular, el objetivo es mantener los materiales en circulación durante más tiempo por la reutilización, ¡hasta que nada se convierta en desperdicio! Para que este modelo se haga realidad, todos tenemos un rol que desempeñar. Es un verdadero círculo colaborativo, que se retroalimenta, y ayuda a regenerar el planeta y nuestras relaciones.

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