30/03/2023
El hambre, el desperdicio y la economía circular
Entre 2020 y 2022, el total de brasileños que pasan hambre aumentó del 9% al 15,5% de la población. Se trata de más 14 millones de personas que han entrado en una situación de grave inseguridad alimentaria y de un gran problema que afecta a toda la población, principalmente, porque el17% de los alimentos disponibles para los consumidores se echan a la basura y el14% de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta al por menor cada año en el mundo, según datos de las Naciones Unidas. Para analizar la relación entre el desperdicio y el hambre en Brasil, así como la importancia de la economía circular para mejor aprovechar los alimentos, invitamos al profesor Dr. Edson Grandisoli, Coordinador Pedagógico y Embajador Educativo del Movimiento Circular, quien escribió el siguiente artículo. Vamos a ver:## El mapa del hambre y la circularidadProfesor Dr. Edson Grandisoli, coordinador pedagógico de Movimiento Circular¿Qué vamos a comer hoy?De acuerdo con la segunda encuesta nacional sobre la inseguridad alimentaria en el contexto de la pandemia de Covid-19 en Brasil, realizada por la Red Penssan (Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional), 33,1 millones de personas no pueden responder a esta pregunta. El número de personas que pasan hambre en Brasil es casi el doble de lo registrado en 2020. La investigación muestra también que solo 4 de 10 familias acceden totalmente a los alimentos y que más de la mitad (58,7%) de la población brasileña vive con inseguridad alimentaria en algún grado.Según Penssan, las causas de este panorama generalizado de la inseguridad alimentaria están relacionadas con el desmonte de políticas públicas, la crisis económica, la pandemia y la creciente desigualdad social. A pesar de ser uno de los mayores productores rurales del mundo, Brasil está cada vez más lejos de solucionar el tema de la disponibilidad de alimentos de calidad para todos.##### Fuente: Segunda encuesta nacional sobre la inseguridad alimentaria en el contexto de la pandemia de Covid-19 en BrasilAdemás de las causas que habló Penssan, hay otros factores que merecen atención cuando analizamos más a fondo la cadena de producción, distribución, consumo y disposición de alimentos.Las Naciones Unidas han estimado, para el año 2021, que el 17% de los alimentos disponibles para los consumidores en los mercados, hogares y restaurantes van a la basura, y que el 60% de los residuos orgánicos se generan en casa. El desperdicio de alimentos en el nivel de los consumidores es un problema mundial, importante en casi todos los países. Además, todos los años, el 14% de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. Imposible no indignarse por la contradicción entre producción, pérdida, desperdicio y hambre.Al pensar en la producción de alimentos desde el punto de vista de la economía circular, se pueden repensar muchos puntos para asegurar que los alimentos lleguen a todas las personas.La reducción de las pérdidas en la cosecha y el transporte se encuentra entre las principales medidas que se deben adoptar, es decir, crear mecanismos para optimizar la producción y reducir la distancia entre donde se produce y quién consume puede reducir significativamente las pérdidas, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pues la mayor parte del transporte lo realizan los camiones impulsados por petróleo.En general, en los mercados, los consumidores buscan alimentos estéticamente atractivos, es decir, sin manchas, marcas, aplastados o huecos. Este comportamiento estimula a los minoristas a eliminar alimentos "feos", pero que tienen el mismo valor nutricional que los demás. Una estrategia para reducir este desperdicio es vender esos alimentos más baratos, por ejemplo, o donarlos a quienes los necesitan. Tenga en cuenta que el consumidor tiene un rol decisivo para estimular esta práctica.En el hogar, es posible y fundamental aprovechar totalmente de los alimentos. Un 50% de la basura doméstica está compuesta por orgánicos. Además, hacer el compostaje de lo que realmente se necesita desechar reduce el volumen de basura diaria y las emisiones de gases de efecto invernadero. Las pérdidas y los residuos son responsables de hasta un 10 % de las emisiones de estos gases.La posibilidad de donar excedentes de restaurantes y mercados es también una gran manera de asegurar alimentos y salud para todos.La alimentación es la base de la vida y la circularidad de la economía contribuye a la seguridad alimentaria de las poblaciones.Imagina si no tuvieras qué comer en tu próxima comida.###### Artículo del Profesor Dr. Edson Grandisoli, Coordinador Pedagógico y Embajador Educativo del Movimiento Circular.
El mapa del hambre y la circularidad
Profesor Dr. Edson Grandisoli, coordinador pedagógico de Movimiento Circular
¿Qué vamos a comer hoy?
De acuerdo con la segunda encuesta nacional sobre la inseguridad alimentaria en el contexto de la pandemia de Covid-19 en Brasil, realizada por la Red Penssan (Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional), 33,1 millones de personas no pueden responder a esta pregunta. El número de personas que pasan hambre en Brasil es casi el doble de lo registrado en 2020. La investigación muestra también que solo 4 de 10 familias acceden totalmente a los alimentos y que más de la mitad (58,7%) de la población brasileña vive con inseguridad alimentaria en algún grado.
Según Penssan, las causas de este panorama generalizado de la inseguridad alimentaria están relacionadas con el desmonte de políticas públicas, la crisis económica, la pandemia y la creciente desigualdad social. A pesar de ser uno de los mayores productores rurales del mundo, Brasil está cada vez más lejos de solucionar el tema de la disponibilidad de alimentos de calidad para todos.
Fuente: Segunda encuesta nacional sobre la inseguridad alimentaria en el contexto de la pandemia de Covid-19 en Brasil
Además de las causas que habló Penssan, hay otros factores que merecen atención cuando analizamos más a fondo la cadena de producción, distribución, consumo y disposición de alimentos.
Las Naciones Unidas han estimado, para el año 2021, que el 17% de los alimentos disponibles para los consumidores en los mercados, hogares y restaurantes van a la basura, y que el 60% de los residuos orgánicos se generan en casa. El desperdicio de alimentos en el nivel de los consumidores es un problema mundial, importante en casi todos los países. Además, todos los años, el 14% de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. Imposible no indignarse por la contradicción entre producción, pérdida, desperdicio y hambre.
Al pensar en la producción de alimentos desde el punto de vista de la economía circular, se pueden repensar muchos puntos para asegurar que los alimentos lleguen a todas las personas.
La reducción de las pérdidas en la cosecha y el transporte se encuentra entre las principales medidas que se deben adoptar, es decir, crear mecanismos para optimizar la producción y reducir la distancia entre donde se produce y quién consume puede reducir significativamente las pérdidas, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pues la mayor parte del transporte lo realizan los camiones impulsados por petróleo.
En general, en los mercados, los consumidores buscan alimentos estéticamente atractivos, es decir, sin manchas, marcas, aplastados o huecos. Este comportamiento estimula a los minoristas a eliminar alimentos "feos", pero que tienen el mismo valor nutricional que los demás. Una estrategia para reducir este desperdicio es vender esos alimentos más baratos, por ejemplo, o donarlos a quienes los necesitan. Tenga en cuenta que el consumidor tiene un rol decisivo para estimular esta práctica.
En el hogar, es posible y fundamental aprovechar totalmente de los alimentos. Un 50% de la basura doméstica está compuesta por orgánicos. Además, hacer el compostaje de lo que realmente se necesita desechar reduce el volumen de basura diaria y las emisiones de gases de efecto invernadero. Las pérdidas y los residuos son responsables de hasta un 10 % de las emisiones de estos gases.
La posibilidad de donar excedentes de restaurantes y mercados es también una gran manera de asegurar alimentos y salud para todos.
La alimentación es la base de la vida y la circularidad de la economía contribuye a la seguridad alimentaria de las poblaciones.
Imagina si no tuvieras qué comer en tu próxima comida.