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27/05/2022

Movimiento Circular en National Geographic

¡Mira qué increíble el espacio que conquistamos! El Movimiento circular fue referencia en un informe de National Geographic, publicado el 24 de mayo. La revista entrevistó al Coordinador Pedagógico del Movimiento, Profesor Dr. Edson Grandisoli, junto a la directora de la Fundación Ellen MacArthur para América Latina y el Caribe, Luisa Santiago. Lee el informe completo a continuación:

Economía circular: ¿qué es y por qué beneficia al medio ambiente?

POR NATIONAL GEOGRAPHIC. PUBLICADO EL 24 DE MAYO DE 2022 A LAS 11:14 BRT

Crédito de la foto destacada: Tomas Peschak/ National Geographic

Debido a la crisis climática, la relevancia de la llamada economía circular es cada vez más grande. Descubre el origen del tema, su significado, principios y qué impactos positivos tiene en el planeta.

Los modelos lineales están expuestos a fluctuaciones de precios y acceso a materias primas y contribuyen a la degradación ambiental, lo que afecta a servicios ecosistémicos esenciales para el desarrollo. Por otro lado, el modelo circular es restaurativo y regenerativo, y tiene por fin mantener productos, componentes y materiales con mayor utilidad y valor.

Al devolver al ciclo productivo lo que sería desechado como residuo, se reduce la cantidad de materia prima extraída de la naturaleza, lo que, en consecuencia, reduce los residuos a lo largo de la cadena.

“Al usar menos recursos, también se reduce la necesidad de transportar estos materiales, lo que reduce la huella de carbono de la producción, ya que la mayor parte del transporte todavía depende de combustibles derivados del petróleo”, dijo Edson Grandisoli, investigador del programa Ciudades Globales, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo (IEA-USP), en entrevista con National Geographic.

Pero además de reducir la producción de residuos, el modelo circular utiliza los residuos como fuente de creación de riqueza. Por ejemplo, se pueden descomponer los desechos orgánicos como frutas y verduras mediante el compostaje para convertirlos en fertilizante para la producción agrícola, que sirve como alimento y protección contra plagas, lo que reduce el uso de productos químicos en los cultivos.

Además, los beneficios son cuantificables. Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirma que un modelo de economía circular reduciría los residuos industriales en algunos sectores en un 80-99% y las emisiones en un 79-99%.

¿Cuáles son los principios de la economía circular?

En una economía circular, la actividad económica contribuye a la salud general del sistema. Por eso, el modelo se basa en tres principios: eliminar los residuos y la contaminación desde el principio, mantener los productos y materiales en uso y regenerar los sistemas naturales.

“Básicamente, un sistema circular crea caminos para algunos de los materiales que ya están en circulación, como los que componen un teléfono celular, por ejemplo, para que puedan regresar al punto inicial de producción, lo que evita que se conviertan en desechos. ", explicó Grandisoli.

Al aumentar la vida útil de los materiales existentes, se extraen menos recursos naturales para nuevos productos, se producen menos residuos y, en consecuencia, se reduce el impacto ambiental generado en la economía lineal.

Este concepto, también llamado cuna a cuna, implica que no existe la idea de desperdicio y que todo sirve continuamente como alimento para un nuevo ciclo.

“El sistema lineal destruye sistemáticamente la naturaleza, es decir, necesitamos destruirla para generar valor económico”, dijo Luisa Santiago, directora de la Fundación Ellen MacArthur para América Latina y el Caribe en entrevista con National Geographic. En cambio, en la economía circular, la naturaleza se regenera al generar valor económico. Por lo tanto, para Santiago, el tercer principio, la regeneración de los sistemas naturales, es el más importante para la región, debido a la abundancia de biodiversidad.

El rol del reciclaje en la Economía Circular

Según Santiago, el planteamiento central es pensar “cómo podemos hacer que la economía, a partir de su diseño, sea regenerativa”.

Por lo tanto, aunque la reutilización está en el corazón del modelo, el reciclaje es una estrategia final, que debe ser pensada y planificada para que sea realmente posible. Agrega que la reciclabilidad debe ser una característica técnica, pero se la debe pensar en términos de un sistema.

“Llevamos 40 o 50 años hablando de reciclaje y, sin embargo, se recicla menos de un 20% de los productos del mercado. Por lo tanto, parece que la forma en que se aborda no es una estrategia efectiva”, advirtió Santiago, quien señaló que el desafío futuro es tratar este tipo de conceptos desde una perspectiva sistémica y no lineal.

“Los diseñadores juegan un papel clave en la economía circular”, explica Grandisoli. “Es necesario crear productos que puedan ser fácilmente desmontados y reutilizados o reciclados”.

Para él, esta es una de las partes más importantes y difíciles de implementar de los sistemas de reutilización de materiales. “Por ejemplo, en electrónica, cada vez se desmontan menos materiales y cada vez es más difícil reutilizar piezas o dispositivos 'offline'. Parte de la culpa radica en el hecho de que los productos están diseñados para desecharse rápidamente”.

De una economía lineal a una circular

El sistema económico lineal actual sigue un camino que comienza con la explotación de los recursos naturales y sigue con la producción, el consumo y la disposición, es decir, con el final de la vida útil de los productos.

“Esta es la lógica que ha seguido el capitalismo durante 300 años. Una historia en la que cada día extraemos una enorme cantidad de recursos naturales que son transportados y transformados en productos de consumo que, al final, son desechados sin recibir nuevos usos y que se acumulan exponencialmente”, explicó Grandisoli, quien también es coordinadora de la iniciativa Movimiento Circular, una organización que valora la educación y la promoción del modelo circular para consumidores y empresas.

En el artículo La economía circular: un cambio de paradigma hacia soluciones globales, los expertos Manuel Albaladejo y Paula Mirazo, de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONU), y Laura Franco Henao, de la Fundación Ellen MacArthur, precisaron que, para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y los compromisos de emisión de gases de efecto invernadero establecidos en el Acuerdo de París, se debe adoptar un nuevo modelo económico.

Según la publicación, la economía ha seguido un patrón basado en la extracción, producción, consumo y disposición indefinidos, sin considerar que las materias primas necesarias para mantener este sistema en funcionamiento podrían agotarse.

“Estamos ante un modelo que considera que la naturaleza es totalmente desechable y que los recursos son infinitos”, dice Grandisoli.

Destaca la escasez de recursos naturales y la acumulación de toneladas de desechos en los vertederos, que contaminan el suelo, el agua y afectan la salud humana, como dos de los principales problemas que genera el modelo actual.

En América Latina y el Caribe, la producción de residuos sólidos urbanos alcanzó las 540.000 toneladas diarias en 2018, según un informe del PNUMA.

Aproximadamente 145 mil toneladas (un tercio de lo que se genera diariamente) de basura van a vertederos a cielo abierto o directamente al medio ambiente.

Economía circular: ¿dónde y cuándo se originó el concepto?

La idea de retroalimentación y bucles en los sistemas del mundo real es antigua y resurgió en los países industrializados después de la Segunda Guerra Mundial, "cuando los estudios computarizados de sistemas no lineales revelaron la naturaleza compleja, conectada e impredecible de nuestro mundo", que se parece más a una que a una máquina", destaca la página web de la Fundación Ellen MacArthur.

“En el siglo XIX ya había teóricos que hablaban de esta noción”, explica Santiago. “En el siglo XX, en la década de 1970, surgieron algunas escuelas de pensamiento en diferentes partes del mundo que promovieron el pensamiento y el concepto de economía circular”.

Según la Fundación, estas escuelas, en general, incluyen la economía del desempeño de Walter Stahel; la filosofía de diseño de la cuna a la cuna de William McDonough y Michael Braungart; la idea de la biomimética presentada por Janine Benyus; la ecología industrial de Reid Lifset y Thomas Graedel; el capitalismo natural de Amory y Hunter Lovins y Paul Hawkens; y el enfoque de economía azul, descrito por Gunter Pauli.

“La economía circular reúne todas estas ideas como estrategias o métodos para construir un sistema económico que considere los flujos de materiales y capital financiero”, resumió Santiago.

Hacia una definición

Si bien el concepto no es nuevo, la economía circular ha ganado espacio en los últimos años. La evidencia científica ha acompañado la necesidad de modificar el actual modelo de producción, distribución, consumo y eliminación, cuya propia inviabilidad está despertando un creciente interés por alternativas más sostenibles.

La Fundación Ellen MacArthur fue creada en 2010 para contribuir y acelerar la transición hacia la economía circular a través de la articulación entre gobiernos, empresas y academia, para, como se define, “construir una economía regenerativa y restauradora por proyecto”.

En 2015, la organización llegó a América Latina y al Caribe para abordar el modelo emergente desde una perspectiva regional.

“Es cierto que la economía circular ha ganado mucha proyección. Sin embargo, hay mucho ruido o confusión sobre lo que realmente es”, dice Santiago. “Por ejemplo, hoy en día el concepto se utiliza para referirse a la economía del reciclaje, la gestión adecuada de los residuos e incluso el consumo consciente”.

Sin embargo, es claro que ninguna de estas definiciones es adecuada. Para ella, la economía circular es un sistema económico, una solución estructural para la transformación del sistema actual. La crisis climática y la pérdida de biodiversidad no son síntomas, sino una causa de “nuestra forma lineal de producir y consumir productos y materiales”.

La economía circular “representa una solución estructural y una oportunidad para transformar y sustituir este sistema por uno que haga frente a estos grandes retos”, concluye Santiago.

Un cambio de valores

Los modelos de economía circular existentes son en su mayoría funcionales solo a pequeña escala. Algunas empresas u organizaciones logran implementar líneas de producción que valoran la sostenibilidad y la reutilización. Sin embargo, para que el modelo económico sea verdaderamente más sostenible, es necesario un cambio global de valores, según los expertos.

Grandisoli también enfatiza, por ejemplo, que para que las alternativas circulares realmente marquen la diferencia, se debe dejar de lado el pensamiento contemporáneo del individuo sobre el colectivo.

"Los obstáculos para una economía más sostenible deben superarse colectivamente. ¿No vale la pena pensar en renunciar a ciertas cosas y tener mayores ganancias a nivel colectivo en un momento como este, cuando estamos pasando por una crisis como esta?”, pregunta Grandisoli.

“Este es el momento perfecto para recuperarnos económicamente”, agrega Santiago, “pero al mirar hacia un nuevo orden de desarrollo, una era en la que construyamos sobre las riquezas de nuestra región un modelo que nos lleve a la prosperidad en el largo plazo”.

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