
15/10/2025
Residuos como futuro: circularidad y colaboración en el corazón de la Amazonía
Por Arlene Carvalho, de Movimiento Circular
Cuando hablamos de Economía Circular, es imposible ignorar la importancia de la colaboración. En el siglo XXI, toda iniciativa necesita equilibrar sostenibilidad, impacto social y viabilidad económica, dialogando con la urgencia de enfrentar la emergencia climática, desafío central de la COP30, que se realizará en noviembre en Pará.
Para el profesor Dr. Edson Grandisoli, embajador de Movimiento Circular, las iniciativas que estimulan a las personas a desechar correctamente sus residuos, asociadas a estructuras de reciclaje y reaprovechamiento, son pasos fundamentales para enfrentar la emergencia climática, dado que los residuos emiten mundialmente entre un 5 y un 10% de los gases de efecto invernadero. Sin embargo, es importante destacar que los cambios culturales también son esenciales, relacionados con la reducción del consumo y un consumo más consciente.
“Es necesario unir cambio de hábitos e infraestructura para dar un destino adecuado a nuestros residuos. Con el tiempo, la tendencia es que las personas comiencen a repensar el consumo de ciertos productos o materiales. Son etapas de un cambio cultural urgente que dialoga con el enfrentamiento de la contaminación ambiental y la emergencia climática.”
Entre los muchos puntos críticos de la emergencia climática, destaca la disposición inadecuada de residuos: según la Organización de las Naciones Unidas, más de 11 millones de toneladas de estos residuos llegan a los océanos cada año, contribuyendo a la degradación de los océanos y de los ecosistemas marinos asociados, así como afectando negativamente la vida de miles de comunidades costeras. Por lo tanto, se trata de una cuestión no solo ambiental, sino socioambiental, que demanda acción colectiva, innovación y políticas públicas eficaces.
Es en este escenario donde iniciativas orientadas a combatir la contaminación plástica ganan aún más relevancia, como el programa desarrollado en Benevides, Pará, desde 2024, referente en movilización y sostenibilidad. El Programa Benevides Recicla es una colaboración entre la Municipalidad de Benevides, con soporte, orientación e integración de la ONG Espaço Urbano, la Cooperativa ReciclaBen, Natura y Tetra Pak. Más que un programa ambiental, la iniciativa busca promover una verdadera transformación cultural en relación con la disposición de residuos, mediante movilización social, estrategias de gamificación y acciones con alcance global.

Según la alcaldesa de Benevides, Luziane Solon, este es un trabajo que, en poco más de un año, ya ha dado un destino adecuado a más de 160 toneladas de residuos y cuenta actualmente con más de 60 puntos de recolección activa.
“Nuestra visión es transformar los desafíos ambientales en oportunidades de crecimiento e inclusión para la población. Estamos mostrando a Brasil que es posible construir un futuro más verde y próspero, comenzando por la recolección de nuestros residuos de manera adecuada.”
¿Y cómo es el Benevides Recicla en la práctica?

La adhesión de la ciudad es tan fuerte que incluso las misas comenzaron a integrarse en la dinámica del programa. Con el apoyo de la parroquia local, surgieron las Misas Verdes, en las que materiales reciclables se intercambian por alimentos, ropa y utensilios en el llamado Mercado del Bien. Es otro ejemplo de cómo el programa impulsa la creación de nuevos ecosistemas de intercambio y donación, siempre a partir del compromiso de la comunidad.

Según la municipalidad, el programa se conecta directamente con las metas de la COP30 al promover la economía circular y la justicia socioambiental.
“El programa es una política pública municipal y crea un modelo de gestión que puede replicarse en otras ciudades, reforzando el papel de Benevides como ejemplo en la ejecución de proyectos orientados a la preservación ambiental”, detalla Solon.

Refuerzo en la iniciativa
Este año, Benevides dio un paso más en la agenda de circularidad al instalar la primera Ecobarrera de Pará, en el Río Benfica. La estructura, hecha con garrafones reciclables, redes y cuerdas, impide que residuos domésticos y escombros lleguen a los arroyos y otros ríos del municipio. Al evitar que los residuos lleguen a los ríos y al océano, la ecobarrera contribuye a la salud de los ecosistemas. Esta instalación es fruto de la colaboración entre la Municipalidad, Natura y el activista ambiental Diego Saldanha, creador de las ecobarreiras en Brasil.
“El Programa ‘Benevides Recicla’ y la instalación de la Ecobarrera en nuestro municipio son la prueba de que la sostenibilidad, cuando se combina con la participación popular de toda la ciudad, puede generar resultados extraordinarios”, enfatiza la alcaldesa Luziane Solon.
Sencilla, de bajo costo y adaptable al nivel del agua, la barrera dirige los residuos hacia la orilla, facilitando la recolección que se realiza tres veces por semana y se envía a cooperativas vinculadas al Benevides Recicla. Las ecobarreiras fueron creadas por el activista Diego Saldanha, en la ciudad de Colombo, Paraná, en 2016. Según él, la solución surgió de la necesidad de mejorar la vida del Río Atuba, parte de su infancia.
“Quiero que mis hijos crezcan con conciencia ambiental. Los desafíos fueron grandes, porque innovar es hacer lo que todos saben que es necesario, pero nadie hace. Comencé con una barrera simple y fui evolucionando según mis posibilidades”, explica el activista.
Cuenta que, solo en Paraná, desde 2016, se han retirado más de 30 toneladas de residuos del agua. Al igual que en Benevides, estos residuos se donan a una cooperativa de reciclaje, que convierte este material que contaminaba el río en ingresos.
El activista sueña con llevar ecobarreiras a otras ciudades, pero frecuentemente enfrenta burocracia y falta de fondos. El apoyo de socios ha sido fundamental para avanzar. Con la financiación de Natura, a través del programa Elos – Ríos Vivos, se dio un impulso inicial para expandir la iniciativa por el país e inspirar a otras empresas a seguir el ejemplo.
“Con la financiación de Natura, logramos instalar dos ecobarreiras en Pará. Creo que este es un primer paso para llevar ecobarreiras a todo el país, inspirando a otras empresas a seguir el ejemplo”, resalta Saldanha.

Circularidad en la rutina
El proyecto en Benevides refuerza cómo la economía circular puede salir del discurso y materializarse en acciones concretas. En Natura, esta lógica se presenta como parte de la rutina de la empresa de cosméticos.
Sergio Talocchi, gerente senior de Cadenas Sostenibles de Natura, es responsable de estructurar las cadenas de suministro de materiales reciclados, como plástico, vidrio y papel, utilizados en envases de cosméticos y materiales de apoyo. El programa Elos, surgido en 2017 en São Paulo, trabaja con más de 50 cooperativas en todo Brasil y se centra en la gestión de riesgos socioambientales a lo largo de la cadena de reciclaje.
Dentro de Elos, el Programa Ríos Vivos, iniciado en 2019 en la Amazonía, se centra en la gestión de residuos en comunidades rurales ribereñas y pequeños centros urbanos amazónicos. La iniciativa enfrenta el problema de la disposición inadecuada de residuos y la presencia de microplásticos en los ríos, un desafío urgente considerando que, según estudio del SOS Mata Atlántica, solo el 7% de los ríos brasileños presentan agua de buena calidad.
Talocchi destaca que la empresa actúa siempre haciendo puentes entre los eslabones de la cadena, potenciando las oportunidades existentes para los actores e invirtiendo en sus necesidades reales.
“Natura no compra directamente los materiales recolectados; actuamos para conectar los eslabones de la cadena y garantizar un proceso ético e inclusivo. También realizamos un trabajo de fomento e inversión en el desarrollo de las cooperativas, complementando las alianzas que ya poseen con municipalidades, ONG y otras empresas.”

Benevides fue elegida para la inversión debido a la proximidad de la fábrica de Natura en el Ecoparque, un condominio industrial sostenible que produce más de un millón de jabones por día y busca atraer otras empresas para fortalecer la industrialización y la riqueza de la Amazonía.
En el primer año, más del 30% de la población fue involucrada, con la meta de alcanzar el 50%, participando en la recolección de plásticos limpios que facilitan la clasificación, promueven conciencia ambiental, incentivan hábitos de separación de residuos y generan economías locales. El material recolectado por las cooperativas se enfarda e integra la cadena de resina reciclada de Natura, contribuyendo a la producción de nuevos envases.
El gerente también destaca que, complementando las acciones en tierra, las ecobarreiras recolectan plásticos directamente en los ríos, evitando que lleguen al mar o causen inundaciones, con un impacto visual significativo, aunque la cantidad de material recolectado todavía está en evaluación.
“Estas acciones locales refuerzan el compromiso de Natura con la economía circular y la protección ambiental, demostrando que la colaboración entre empresas, cooperativas y comunidades puede generar impactos positivos significativos.”
El Programa Benevides Recicla demuestra que la colaboración entre gobierno, comunidades, cooperativas y empresas es esencial para enfrentar desafíos socioambientales. La asociación con Natura y la implementación de las ecobarreiras ejemplifican cómo los esfuerzos conjuntos pueden transformar residuos en oportunidades, proteger ríos y generar impacto social positivo. Benevides se convierte así en un ejemplo de cómo el compromiso colectivo y la cooperación estratégica son pilares de la economía circular y de la construcción de un futuro más resiliente.
No obstante, aunque programas como Benevides Recicla traigan resultados concretos y movilicen comunidades, los especialistas recuerdan que la circularidad plena también implica reducir la generación de residuos desde su origen. Finalmente, el profesor Dr. Edson Grandisoli, embajador de Movimiento Circular, enfatiza que remediar no es suficiente.
“Las iniciativas de recolección selectiva y reciclaje son esenciales y generan importantes resultados sociales y ambientales. Sin embargo, estas prácticas también deben estimular mejores elecciones al consumir, llevando a la reducción del consumo de ciertos productos y materiales que rápidamente se convierten en basura. Este es uno de los horizontes hacia los cuales la COP30 y las iniciativas locales pueden apuntar”, concluye el embajador.
*Este texto fue traducido automáticamente con la ayuda de inteligencia artificial y revisado. Aun así, pueden presentarse pequeñas diferencias con respecto a la versión original en portugués.