
25/11/2025
Movimiento Circular marca presencia en la COP30 y fortalece la agenda de Economía Circular en Brasil
Arlene Carvalho, del Movimiento Circular
Realizada por primera vez en Brasil, la COP30 transformó Belém-PA en un verdadero laboratorio de transición climática, donde los compromisos globales se encontraron con planes concretos de implementación y donde la Economía Circular, por primera vez en 30 ediciones, obtuvo un espacio oficial en la agenda. En este contexto, el Movimiento Circular estuvo presente en la Zona Azul y promovió la cobertura “En Movimiento en la COP30”, acompañando negociaciones de alto nivel y experiencias prácticas en campo, justamente en el Año de la Economía Circular, cuando la iniciativa celebra cinco años de actuación.
A lo largo de la conferencia, la COP30 mantuvo un hilo conductor claro: transformar promesas en acción. Las discusiones avanzaron entre temas como adaptación, transición energética, tecnología y Economía Circular, pasando por la importancia de las ciudades y gobiernos locales en la implementación y por el papel de las empresas y las personas en la transición, con foco en empleos, salud y capacitación. Energía, industria y finanzas también ganaron protagonismo, con debates sobre combustibles del futuro, edificaciones de bajo impacto y mecanismos para destrabar inversiones climáticas. En los momentos finales, la naturaleza volvió al centro de las soluciones, reforzando la relevancia de los bosques, océanos, biodiversidad y del protagonismo de los pueblos indígenas y demás comunidades tradicionales en la construcción de respuestas efectivas a la crisis climática.
Aun con toda la simbología de realizar la conferencia en la Amazonía y con avances importantes en adaptación, transición justa y garantía de derechos para pueblos indígenas, la COP30 terminó sin entregar lo que muchos esperaban: un camino claro hacia la eliminación de los combustibles fósiles y la conservación de los bosques. Las negociaciones estuvieron marcadas por impasses y presiones políticas, mostrando que todavía existe un descompás entre la urgencia climática y el ritmo de las decisiones globales. Aun así, el encuentro dejó señales relevantes, como un mayor foco en la implementación en el territorio, más exigencia por financiamiento y una comprensión creciente de que las soluciones basadas en la naturaleza y modelos como la Economía Circular deben estar en el centro de las respuestas a la crisis climática.
Vinicius Saraceni y Marina Amorim, director general y gerente de portafolio del Movimiento Circular, respectivamente; Marina Serpa, consultora asociada de YBY Dinámicas; y Aline Sousa, representante del Movimiento Nacional de Recicladores de Materiales del Distrito Federal (MNCR DF), conformaron el equipo que vivió la COP30 desde dentro y relató esta experiencia en tiempo real en nuestras redes sociales.
El Movimiento Circular regresa con un repertorio ampliado, conexiones valiosas y relatos que llegan directamente desde Belém, revelando lo que ocurre cuando las negociaciones cobran vida en el territorio. Son impresiones, bastidores, encuentros y percepciones que ayudan a traducir la COP más allá de los discursos, y que compartimos a continuación:
“Estar en la COP30 en plena Amazonía fue vivir una experiencia que trasciende la dimensión del evento. Belém reveló, en cada esquina, tanto las contradicciones como la potencia de un territorio que ya enfrenta, en su día a día, los desafíos de la transición hacia la circularidad. Desde los primeros días, quedó evidente cómo late la bioeconomía amazónica; ya sea en las toneladas de açaí que llegan al Ver-o-Peso o en las conversaciones con quienes dependen directamente del bosque para existir. Es un potencial gigantesco que necesita incorporarse con más estrategia y protagonismo en las políticas de circularidad. Ver el primer barco movido a hidrógeno verde atracado junto a los tradicionales barcos de açaí sintetizó muy bien la COP de este año: innovación y tradición ocupando el mismo río, con una proximidad brutal entre el futuro y el presente. Pero nada me impactó tanto como la visita a Benevides, donde una política de reciclaje transformó la ciudad en menos de 18 meses. Caminar por calles sin residuos plásticos y escuchar sobre el papel de la movilización social en este proceso es testimoniar con claridad que los cambios estructurales son posibles y pueden ocurrir rápidamente cuando el conocimiento y el compromiso se encuentran. Estar en Belém también fue reencontrar personas, fortalecer relaciones y crear nuevas conexiones que solo este tipo de espacio proporciona. Fueron días intensos, marcados por mucho intercambio, mucho aprendizaje y un calor —sea humano o amazónico— que acompañó cada desplazamiento. Regreso con la sensación de que vivir la COP en la Amazonía es ser atravesado por la complejidad y la fuerza de este territorio. Y cuando vemos a la Economía Circular ganar espacio real, dentro y fuera de las mesas de negociación, es imposible no renovar la esperanza de que avanzamos por el camino correcto!”
“Participar en la COP30 fue una experiencia rica, simbólica y potente. No fue solo estar en un evento global, fue ver la historia sucediendo en mi país, en el Norte, en una Belém que pulsa cultura, resistencia y la urgencia de cuidar lo que nos sostiene. Ver la economía circular como uno de los temas oficiales de la COP, por primera vez, fue algo muy significativo. Para quienes trabajamos diariamente para que esta agenda gane centralidad, fue emocionante presenciar este avance de forma tan concreta. Pero lo que hace de la COP algo único es la confluencia de tantas voces, saberes y temas diferentes, todas movilizadas en torno a un objetivo mayor: construir condiciones dignas y sostenibles de vida para nosotros y para las próximas generaciones. Es, al mismo tiempo, un espacio de tensión y esperanza, donde se disputa el futuro con profundidad, diversidad e intensidad. Y Belém hizo esta experiencia aún más especial. Ver a líderes internacionales lidiando con el calor amazónico y conectándose con la fuerza de este territorio fue profundamente simbólico. Hacerlo en un país que abre espacio para que tantas manifestaciones y agendas coexistan con libertad tiene un significado aún mayor. Ahora necesitamos, de hecho, avanzar hacia la implementación. Sabemos que el camino es desafiante, pero seguimos firmes en la construcción colectiva. La COP renueva un sentimiento de esperanza. Sigamos siendo “realistas esperanzados” y continuemos.”
“Participar en la COP30 fue sentir el contraste entre el aire acondicionado de las negociaciones y el calor húmedo que atravesaba todas las zonas de Belém. La ciudad amazónica mostró que no es un escenario, es protagonista; y que la Economía Circular ya existe allí, ya sea en la bioeconomía de los bosques, en las cadenas productivas locales, en el aprovechamiento de saberes, alimentos y materiales. Incluida oficialmente por primera vez en la COP, la circularidad se afirmó como un medio concreto de implementación para la resiliencia y para soluciones adecuadas a territorios vulnerabilizados. Entre pabellones y calles, quedó nítido que una transición justa necesita múltiples voces: mujeres, recicladores, juventudes, pueblos tradicionales, educadores, fortalecidos por actos como la Marcha por el Clima y el Gran Banquete organizados por la Cumbre de los Pueblos. Regreso con la certeza de que nuestra fuerza está en la diversidad. Ahora, es transformar acuerdos en práctica en el territorio, con la responsabilidad de las esferas públicas y la participación real de quienes viven en la primera línea de la crisis. La urgencia no permite postergaciones."
“Mi experiencia en la COP fue extremadamente positiva. Fueron 12 días intensos, de mucho intercambio, aprendizaje y participación en paneles; tanto contribuyendo como asistiendo. Hice contactos importantes, reencontré personas queridas y me involucré aún más con el grupo de los recicladores, fortaleciendo puentes y articulaciones. Me alegró mucho ver experiencias de Basura Cero y acciones de protección ambiental, como en la isla de Kombu, que agregan mucho a nuestro conocimiento. Regresamos con una enorme trayectoria y con alianzas consolidadas. También vivimos iniciativas transformadoras, como soluciones para convertir plásticos no reciclables en mobiliario urbano o ladrillos ecológicos. En la BDI, avanzamos en los acuerdos de la plataforma Recircula Brasil, trayendo trazabilidad seria y basada en datos. El panel de las recicladoras, en los últimos días, fue un espacio esencial de debate, donde diferentes grupos pudieron exponer angustias, conflictos y perspectivas. Allí reforzamos que el legado de la COP es de ellas, un legado para Brasil, y que toda esa inversión es solo el comienzo de lo que pueden conquistar. Estoy agradecida por todo y por las personas maravillosas que caminaron a nuestro lado en esta jornada.”
