
26/11/2025
Las rutas tecnológicas del reciclaje textil
*Camilla Borelli
Dentro de la Economía Circular, estrategias como la reutilización y la reparación son prioridades para extender al máximo la vida útil de las prendas. Pero ¿qué ocurre cuando una pieza llega al final definitivo de su ciclo de uso y ya no puede ser vestida? Es en ese momento cuando el reciclaje se convierte en un camino fundamental para recuperar materias primas valiosas y garantizar que los tejidos no se conviertan en residuos.
Comprender las diferentes rutas tecnológicas es, por lo tanto, esencial para dirigir cada residuo hacia su mejor aprovechamiento, explorando tanto los métodos tradicionales como las innovaciones que ya están revolucionando el sector.
El primer paso para un reciclaje de calidad es la clasificación, que separa los residuos por composición. Tecnologías modernas, como la espectroscopía de infrarrojo cercano (NIR), ya permiten esta identificación automatizada a alta velocidad, asegurando que cada tipo de material sea enviado a la ruta más adecuada.
Las dos rutas más consolidadas para el reciclaje textil son la mecánica y la química, aunque otras tecnologías, como la biológica y la térmica, también están en desarrollo. El reciclaje mecánico, el proceso más tradicional, consiste en la trituración y desfibrado de los tejidos. Históricamente asociado al downcycling (uso en productos de menor valor), esta tecnología ha evolucionado. Hoy en día, cuando se aplica a residuos de buena calidad y composición homogénea, ya es capaz de producir fibras que regresan a la industria de la moda, caracterizando un proceso de upcycling.
En contraste, el reciclaje químico representa la frontera de la innovación para los residuos más complejos. Su gran ventaja es la capacidad de tratar mezclas de fibras (como poliéster, algodón y elastano) que el proceso mecánico no consigue separar. A través de la despolimerización, descompone los materiales en sus componentes moleculares básicos para reconstruir fibras con una calidad comparable a la virgen, permitiendo un verdadero ciclo cerrado fibra a fibra. Sus desventajas actuales son el mayor costo y la complejidad tecnológica. De este modo, ambas rutas se muestran cada vez más complementarias, ofreciendo soluciones distintas para los diferentes tipos de residuos textiles.
El avance simultáneo del reciclaje mecánico y el químico define el camino para la materia prima en la moda. Sin embargo, la viabilidad de estas tecnologías a escala está directamente condicionada por un factor estructural: el desarrollo de una infraestructura de logística inversa y recolección selectiva. Es esta infraestructura, junto con la conciencia del consumidor, la que garantizará un flujo constante de residuos hacia los centros de clasificación, permitiendo el encaminamiento técnico de los materiales para que las rutas mecánica y química trabajen de manera integrada. Solo así la industria podrá cerrar el ciclo de sus materiales, estableciendo las bases para una cadena de valor regenerativa.
*Camilla Borelli
Ingeniera Textil, Magíster en Ingeniería Mecánica y Doctora en Ingeniería Química. Con más de 25 años de trayectoria, ha trabajado en importantes instituciones de educación superior como docente y coordinadora, además de tener experiencia como gestora en institutos de tecnología e investigación. Actualmente es profesora e investigadora en la EACH-USP, coordinadora técnica de CONTEXMOD y presidenta de la ABTT.
*Este texto fue traducido automáticamente con la ayuda de inteligencia artificial y revisado. Aun así, pueden presentarse pequeñas diferencias con respecto a la versión original en portugués.
