Epidemias y Economía Circular: ¿cómo la gestión de residuos puede ayudar a combatir enfermedades?

En Brasil, las arbovirosis – enfermedades virales transmitidas principalmente por mosquitos y garrapatas – suelen alcanzar niveles epidémicos durante el verano. Entre las más conocidas están el dengue, el chikunguña y el zika.

Arlene Carvalho, de Movimiento Circular

Con la llegada del verano en Brasil, las temperaturas cada vez más altas y las fuertes lluvias no son las únicas que llaman la atención. Antes incluso de que termine el primer trimestre, el país ya enfrenta un aumento significativo en los casos de arbovirosis. Hasta el 17 de febrero de este año, el Ministerio de Salud de Brasil registró 365.456 casos probables de dengue, además de miles de casos de chikunguña, zika y oropouche. Aunque no es una novedad para los brasileños, la situación sigue afectando no solo al sistema de salud, sino también a la economía y la vida de las personas de manera significativa.

Pero, ¿qué son las arbovirosis? Según el Ministerio de Salud de Brasil, son enfermedades virales transmitidas principalmente por artrópodos, como mosquitos y garrapatas. Los síntomas varían desde fiebre leve hasta complicaciones graves, que en los casos más severos pueden llevar a la muerte. Algunas de las más conocidas son el dengue, chikunguña, zika, fiebre amarilla y fiebre oropouche.

Los insectos transmisores, llamados vectores, se convierten en portadores del virus al picar a una persona enferma y, posteriormente, transmiten el virus a otras personas a través de sus picaduras, cerrando el ciclo. Pero, ¿de qué manera la Economía Circular entra en este debate?

Imagen: Reproducción/Agencia Brasil

Menos basura, más salud

Una de las principales causas de la multiplicación excesiva de insectos transmisores es la eliminación inadecuada de residuos sólidos. Neumáticos viejos, botellas de plástico, vasos y frascos de vidrio, latas, cartones de leche, envases desechables y escombros abandonados —entre muchos otros recipientes— acumulan agua de lluvia y se convierten en criaderos del Aedes aegypti, por ejemplo. Según el embajador y coordinador de Movimiento Circular, Prof. Dr. Edson Grandisoli, también hay otros factores que contribuyen.

"Las altas temperaturas, las lluvias abundantes y los residuos mal gestionados forman la combinación ideal para la proliferación de vectores de enfermedades. Las epidemias de arbovirosis surgen en este contexto, perjudicando la vida de miles de personas, afectando el sistema de salud y la economía. Prevenir sigue siendo el mejor remedio", explica.

Cuando hablamos de Economía Circular, nos referimos a un modelo que busca, entre otras cosas, reducir el desperdicio y la necesidad de nuevas materias primas, promoviendo la reducción, reutilización y reciclaje de materiales. Sin embargo, para ello es fundamental garantizar la correcta disposición de los residuos a lo largo de toda la cadena de producción y consumo. De manera práctica, la Economía Circular contribuye a la salud de la población a través de acciones como:

• Reciclaje y reutilización de neumáticos – Los neumáticos desechados incorrectamente son uno de los principales criaderos del Aedes aegypti. Los programas de recolección selectiva y reciclaje reducen su descarte inadecuado y permiten su transformación en asfalto ecológico, pisos e incluso muebles.
• Gestión eficiente de los residuos urbanos – La combinación de recolección selectiva y eliminación adecuada reduce la cantidad de criaderos de mosquitos. Además, los proyectos de logística inversa incentivan a las empresas a recolectar envases y productos postconsumo.
• Educación ambiental – Las comunidades que se responsabilizan por sus residuos también ayudan a eliminar posibles criaderos y promueven una cultura de responsabilidad colectiva en la gestión de desechos.
• Saneamiento básico – Las redes de alcantarillado y el suministro regular de agua potable, junto con una buena gestión de residuos, ayudan a reducir la proliferación del Aedes aegypti. Los sistemas de drenaje eficientes evitan el estancamiento del agua, mientras que el manejo adecuado de los residuos elimina posibles criaderos del mosquito.

El punto es que estas y otras acciones deben estar coordinadas e involucrar a todos los actores sociales. La corresponsabilidad es una palabra clave en este contexto. Así lo explica Grandisoli:

“La gestión adecuada de los residuos, especialmente su correcta disposición, es fundamental para reducir la cantidad de criaderos de vectores. Esto no solo implica garantizar la infraestructura mínima para la recolección y reciclaje, por ejemplo, sino también generar cambios de comportamiento en la población con respecto a la eliminación de desechos. Es decir, para controlar las epidemias, siempre son necesarias acciones conjuntas que, en este caso, estén alineadas con los principios de la Economía Circular.”

Iniciativas destacadas

Algunas iniciativas ya han demostrado cómo la Economía Circular puede ser una aliada en la lucha contra las arbovirosis. Ciudades que han implementado la recolección selectiva y programas de reutilización de materiales han registrado una reducción significativa en los focos de reproducción de los mosquitos. Además, proyectos que utilizan residuos reciclables para la construcción de mobiliario urbano y pavimentación contribuyen a evitar la formación de criaderos. Mira algunos ejemplos:

Curitiba (PR) – El programa Lixo que Não é Lixo incentiva el reciclaje y reduce la cantidad de residuos desechados de manera irregular, evitando la acumulación de materiales que puedan convertirse en criaderos de mosquitos.

San Pablo (SP) – El Movimento Recicla Sampa es una iniciativa de las concesionarias de recolección de residuos domiciliarios y sanitarios de la capital paulista, con el apoyo institucional de la Alcaldía de San Pablo. A través de una plataforma de comunicación digital, busca informar a la población y ampliar el volumen de recolección de residuos reciclables en la ciudad.

Imagen: Reproducción/Agência Brasil

Recife (PE) – El EcoRecife busca mejorar la gestión de residuos en la capital de Pernambuco a través de la recolección selectiva y las 10 EcoEstaciones distribuidas por la ciudad. Estas estaciones reciben muebles viejos y restos de pequeñas obras, evitando descartes irregulares. Funcionan de lunes a sábado, de 8 a 16 h (excepto feriados), y aceptan hasta 1 m³ de residuos por día, con excepción de residuos hospitalarios, industriales y electrónicos.

De este modo, la Economía Circular nos invita a reflexionar sobre cómo la prevención de las arbovirosis requiere un enfoque integrado y que reducir la basura también significa reducir el número de personas enfermas. Invertir en reciclaje, disposición adecuada de residuos y educación ambiental puede salvar vidas y reducir los costos asociados a los brotes epidémicos.

Imagen: Reproducción/Agência Brasil

Vale recordar

Además de estas medidas, es importante resaltar otra herramienta poderosa en la prevención de algunas arbovirosis: la vacunación. La fiebre amarilla, por ejemplo, se puede prevenir con una sola dosis de la vacuna, disponible de forma gratuita en los centros de salud de todo Brasil. Desde 2017, esta única dosis es suficiente para la protección a lo largo de la vida.

La dengue también tiene una vacuna que se ofrece a través del Sistema Único de Salud para adolescentes de 10 a 14 años en dos dosis. Sin embargo, la adhesión sigue siendo baja: en 2024, el Ministerio de Salud distribuyó 6,5 millones de dosis, pero solo se aplicaron 3,3 millones, y muchos adolescentes no completaron el esquema de vacunación, lo que compromete la inmunización. Vacunarse es un acto de protección colectiva. Dirígete a un centro de salud en tu ciudad y actualiza tu inmunización.