Economía Circular: ¿por qué reciclamos poco?

El reciclaje es la R más conocida y mencionada en la Economía Circular. Revisa el artículo de la embajadora del Movimiento Circular, Isabela Bonatto, sobre los desafíos y oportunidades de este proceso en Brasil.

Por Isabela Bonatto, embajadora de Movimiento Circular

Decir que el reciclaje es difícil no es agradable. Debemos evitar el uso de la palabra "difícil" cuando se trata de soluciones que favorecen la Economía Circular y la protección del medio ambiente. Por otro lado, cuando algo no está funcionando como se esperaba, es común identificar las dificultades y reconocer que el proceso puede no ser fácil, con el fin de encontrar soluciones. El reciclaje vive esta paradoja. Entonces, ¿debemos contarle la verdad al mundo? ¿Mostrar los bajos porcentajes de recuperación de materiales? ¿O simplemente incentivar y decir que estamos en el camino correcto?

Los datos son esenciales para debatir escenarios y buscar mejoras, pero no para desprestigiar el proceso. No se puede negar que el reciclaje es un eslabón fundamental de la Economía Circular. A través de él, recuperamos materias primas, generamos nuevos insumos, reducimos la extracción de recursos vírgenes y minimizamos los impactos ambientales, además de contribuir a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. El reciclaje debe ser incentivado, valorado y considerado una pieza clave en la gestión sostenible de residuos, ya que sigue siendo esencial para la circularidad.

Sin embargo, hay muchos desafíos para aumentar el porcentaje de materiales reciclados en Brasil y en el mundo. Y aunque no es el primer elemento en la jerarquía de gestión de residuos, es imprescindible reconocer sus beneficios. También necesitamos entender los cuellos de botella en determinados segmentos o materiales, ya que al presentar números negativos sin la debida explicación, corremos el riesgo de crear un diagnóstico falso que impide una discusión más seria entre el sector público y la sociedad.

Por eso, echemos un vistazo a los datos actuales que, aunque no son tan motivadores, nos ayudan a entender mejor por qué el reciclaje aún no es un éxito completo y así buscar las soluciones adecuadas.
 

Números del reciclaje

En Brasil, aunque no existe un consenso oficial entre las diferentes fuentes de investigación, se estima que solo entre el 4% y el 9% de los materiales desechados se reciclan. Desafortunadamente, América Latina y África son las regiones que menos reciclan en el mundo, con tasas cercanas al 4%, mientras que la media mundial es del 13,5%. La mayor parte de los residuos siguen yendo a un "afuera" que no existe. Curiosamente, países con niveles de desarrollo y renta similares a los de Brasil, como Chile, Argentina, Sudáfrica y Turquía, tienen tasas de reciclaje en torno al 16%. Entonces, ¿en qué estamos fallando?

En comparación con los países desarrollados, la distancia es aún mayor. En Alemania, por ejemplo, el reciclaje alcanza casi el 70%, siendo el mayor reciclador de la Unión Europea, con una tasa estimada del 69,1% en 2022. En la UE, ocho países reciclan más del 50% de sus residuos municipales, mientras que otros, como Chipre, Rumanía y Malta, registran tasas por debajo del 20%.
 

¿Qué afecta al reciclaje?

Brasil tiene un gran potencial para aumentar sus índices de reciclaje, pero varios factores contribuyen a la estancación. Entre ellos:

1. Cuestiones estructurales y una recolección selectiva adecuada: A pesar de las iniciativas existentes, menos del 20% de la población brasileña tiene acceso a una recolección selectiva eficaz. Faltan planificación e infraestructura en los municipios para garantizar que estos materiales regresen al ciclo productivo.
2. Concienciación: Aunque el debate sobre residuos ha crecido, aún estamos lejos del ideal. Pocas ciudades abordan el tema con seriedad, y muchas personas nunca se han parado a separar sus residuos o reflexionar sobre la basura que generan. Falta inversión en educación, y muchos ciudadanos ni siquiera saben que podrían o deberían separar los residuos.
3. Políticas públicas y privadas: Hay pocas acciones orientadas a la regulación, fiscalización, educación y asociaciones relacionadas con el tratamiento de residuos sólidos.
4. Incentivos e impuestos: Por ejemplo, las empresas de recolección son pagadas por el peso del material entregado en los vertederos, lo que desincentiva la separación previa y, por lo tanto, la recolección selectiva. Además, el sistema tributario de Brasil grava más el material reciclado que el material virgen, lo que encarece el producto final.
5. Costos de la recolección selectiva: La recolección selectiva es al menos cuatro veces más cara y depende de infraestructura, inversión municipal y acción de la población.
6. Valoración de los recolectores: En Brasil, el 90% de los materiales reciclados son recolectados por recicladores, que suman más de un millón. Están mal remunerados, ya que solo reciben por el material vendido, lo que los lleva a centrarse en materiales de mayor valor, mientras que otros, que podrían reciclarse, se dejan de lado.
7. Desafíos con envases y diseño: Muchos materiales están mal formulados o diseñados de manera que dificultan su reciclaje. La industria de envases aún no está completamente alineada con la cadena de reciclaje. También vemos un movimiento de nuevos materiales 'verdes, ecológicos, sostenibles, biodegradables', etc. Pero la sustitución de materiales no debe ser el enfoque, ya que no resolverá los problemas de la cadena de reciclaje y suministros; por el contrario, puede empeorarlos. Si la eficiencia de cadenas antiguas está comprometida, imagina nuevos materiales que ni siquiera tienen mercados establecidos.

Estos son solo algunos de los obstáculos que comprometen el éxito del reciclaje. Pero a pesar de los desafíos, la buena noticia es que existen soluciones para cada uno de estos problemas. Es necesario fomentar prácticas que hagan el reciclaje más competitivo en comparación con las materias primas vírgenes y promover mecanismos que valoren a las industrias que consumen materiales reciclados.

La evolución de la tecnología también puede hacer que los procesos de recolección y clasificación sean más eficientes. Además, la creciente valoración de la economía circular abre puertas para nuevos negocios e innovaciones, brindando una nueva perspectiva para el reciclaje.

A pesar de todas las dificultades que aún enfrenta el reciclaje, es fundamental reconocer y valorar el trabajo incansable de quienes están en primera línea, ya sea recolectando, procesando, investigando o desarrollando nuevas soluciones. Cada avance, por pequeño que parezca, contribuye a la construcción de un sistema más eficiente y sostenible. La transición a una Economía Circular depende del esfuerzo conjunto de gobiernos, empresas, sociedad e individuos. Es inspirador saber que hay personas comprometidas en transformar esta realidad, y que, juntos, podemos superar los obstáculos y crear un futuro más consciente, innovador y ambientalmente responsable.