Carnaval y Economía Circular: lecciones de la mayor fiesta popular de Brasil

El reciclaje gana espacio en una de las mayores fiestas populares de Brasil, demostrando que es posible celebrar con conciencia, generar ingresos y reducir los impactos ambientales.  

Por Arlene Carvalho, de Movimiento Circular

El Carnaval es sinónimo de fiesta, alegría y tradición en Brasil. Miles de personas salen a las calles para celebrar, pero junto con la diversión también surge un gran desafío: la enorme cantidad de residuos generados durante los días de fiesta. En 2025, el Año de la Economía Circular, las ciudades que organizan los mayores eventos carnavalescos del país han invertido en soluciones para gestionar estos residuos de manera más sostenible.  

El objetivo de estas iniciativas fue garantizar la limpieza de la ciudad, generar ingresos para los trabajadores del reciclaje, ahorrar recursos y reintegrar materiales en la cadena productiva. Pero, ¿es posible hacer del Carnaval un evento verdaderamente circular? Aquí algunos números y medidas destacadas:  

Río de Janeiro (RJ) – La capital carioca implementó una gran operación de limpieza durante el Carnaval, movilizando a 6.600 trabajadores y colocando 6.271 contenedores para residuos. Además, el uso de agua reutilizada y la aplicación de esencia de eucalipto contribuyeron a una limpieza más eficiente. Durante los tres días de desfile en el Sambódromo de Sapucaí, se recogieron 209,6 toneladas de residuos, de las cuales 19,6 toneladas fueron reciclables.  

San Pablo (SP) – San Pablo también se destacó por su compromiso con la limpieza y la circularidad en el Carnaval. Más de 4.900 trabajadores participaron en la limpieza de las calles, con el objetivo de reciclar al menos el 50% de los residuos. Durante los cuatro días de celebración, la ciudad retiró 322,83 toneladas de residuos, utilizando 2.209.000 litros de agua reutilizada y 8.954 litros de desinfectante para limpiar las vías. La intensa fiscalización del descarte correcto también contribuyó al éxito de la operación.  

Salvador (BA) – En la capital bahiana, la municipalidad instaló 11 centros de reciclaje e invirtió más de 2 millones de reales en infraestructura y mano de obra, con 3.000 profesionales dedicados a la recolección de reciclables y a la organización de toda la logística de apoyo. Durante el Carnaval, se recogieron 177,5 toneladas de materiales reciclables, destacando la contribución de las cooperativas, que recolectaron 112.969 kg de aluminio, 23.898 kg de PET y 32.639 kg de plástico.  

Recife (PE) y Olinda (PE) – Las ciudades hermanas en Pernambuco también dieron un gran ejemplo de acciones circulares durante el Carnaval. En la capital, se recogieron 600 toneladas de basura, con 28 toneladas de material reciclable. En Olinda, el total de residuos recogidos alcanzó las 969 toneladas, de las cuales 35,5 toneladas fueron recicladas, incluyendo 16,94 toneladas de latas y 13,34 toneladas de botellas PET. El trabajo con los recolectores fue fundamental, como en 2023 y 2024, aumentando los ingresos de estos trabajadores hasta en un 93% con el reajuste en los valores de los reciclables. Además, el Galo Gigante, instalado en el Puente Duarte Coelho y construido con 20.000 botellas PET, se convirtió en un símbolo circular del Carnaval, transformando materiales en arte después de la fiesta.  

Las latas de aluminio son uno de los principales recipientes recolectados durante la fiesta. Imagen: Prefeitura de Olinda.

Economía Circular: del Carnaval a la vida cotidiana

Estas iniciativas y sus resultados representan avances importantes para la circularidad del Carnaval. Sin embargo, es necesario ir más allá, recordando que el reciclaje es solo una parte de la Economía Circular. Para hacer que la fiesta – y cualquier otro evento – sea verdaderamente circular, es esencial repensar el consumo desde el inicio, adoptando prácticas que prioricen la reducción del desperdicio, la reutilización y el diseño de productos más duraderos.  

El embajador y coordinador pedagógico de Movimiento Circular, Edson Grandisoli, refuerza esta idea:  

“Lo ideal es siempre repensar, reducir y evitar la generación de residuos desde el principio. Estamos en un momento en el que se valora mucho el reciclaje, pero es fundamental verlo como un camino importante hacia una circularidad más amplia.”

A partir de reflexiones como esta, el Carnaval puede convertirse en un ejemplo práctico de Economía Circular, inspirando a otras festividades y eventos a adoptar soluciones más sostenibles. Al fin y al cabo, la fiesta es aún mejor cuando deja un legado positivo para el medio ambiente y la sociedad.